El IPC escala en mayo al 8,7%

La inflación subyacente en máximos desde 1995 augura un IPC desbocado durante los próximos meses

inflación subyacente
La pasividad de Sánchez no frena el alza de la inflación.

Mayo ha puesto fin a la ligera desescalada de los precios que se produjo en el mes de abril. Una vuelta a la senda alcista que es cuanto menos preocupante, dado que no está determinada por el alza en los precios de la electricidad, como pasaba anteriormente, lo que tiene su reflejo en la inflación subyacente que se sitúa en el 4,9% durante el quinto mes del año, registrando su valor más alto desde octubre de 1995. Un dato que ha hecho recular al Gobierno sobre sus perspectivas de aumento de precios y que vaticina un IPC desbocado durante los próximos meses.

El récord de la inflación subyacente -que no contabiliza los alimentos no elaborados ni productos energéticos- es preocupante. La exministra y portavoz adjunta del Grupo Popular en el Congreso, Elvira Rodríguez, ha recalcado que la subida del IPC es «escandalosa» y «la de la inflación subyacente enormemente preocupante». «Los combustibles siguen sin freno y el efecto sobre las familias inaguantable. Pero el Gobierno se niega a paliar el impacto deflactando el IRPF y adaptando las retenciones. Está a otra bola», ha manifestado Rodríguez.

En parecidos términos se ha expresado el exsecretario de Economía del PP, Daniel Lacalle, quién cree que la inflación «destruye a la clase media». A su entender, el dato de IPC adelantado de mayo es «muy preocupante, con la subyacente al nivel más alto desde octubre 1995». «Los asalariados pagan cada vez más impuestos por la inflación y pierden más poder adquisitivo, ha apostillado.

Y ha sido la inflación subyacente la que ha obligado al Gobierno de Pedro Sánchez a retractarse. Y es que, aunque el Ejecutivo socialista mantiene la previsión de que la inflación irá desacelerándose progresivamente durante la segunda parte del año, no «descarta oscilaciones durante los meses de verano» derivadas de posibles efectos base y teniendo en cuenta la alta incertidumbre del contexto económico global.

Sin embargo, hace menos de un mes, Calviño, aseguraba que España no está en una «espiral» y que la inflación iba a bajar «en la segunda mitad de este año». «Nuestro análisis apunta a que, aunque pueda haber repuntes, ya habríamos dejado atrás el pico y a partir del segundo semestre iniciaremos la senda de desaceleración de los precios. Todos los organismos, incluido el FMI, prevén que la inflación vuelva a situarse en torno al 2% en 2023, por debajo de la media europea», afirmaba Calviño en una entrevista.

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